Anemia

Ramiro Núñez López el 13 de marzo de 2020

Todo es por no quitarnos parásitos.

(La palabra anemia aparece más de 100 veces en el libro Parasitosis humanas.)

De los parásitos que pueden ocasionar anemia algunos son helmintos y otros protozoarios. Dentro de los helmintos encontramos tricocéfalos, uncinarias, Ancylostoma caninum, trichostrongylus, diphylíobothrium o toxocara y entre los protozoarios tenemos Amibas, Blastocystis, Babesia, Plasmodium, tripanosoma, Leishmania o toxoplasma. Algunos como amibas, tricocéfalos, uncinarias, trichostrongylus son hematófogos (comen sangre o glóbulos rojos), otros invaden y destruyen glóbulos rojos como Plasmodium (malaria), Babesia y Bartonella mientras que Entamoeba histolytica y uncinarias tienen elevada utilización de hierro.

Libro Parasitosis Humanas

Página 111

Anemia
Uncinariosis
d) Anemia
La duración normal de la vida de las uncinarias sobrepasa los 5 años, este hecho agregado a las frecuentes reinfecciones que sufren los pacientes en zonas endémicas, hace que la anemia sea una enfermedad progresiva y crónica. Las manifestaciones clínicas que se observan en las formas leves consisten en debilidad física y palidez; en casos más avanzados se presenta, además, disnea de grandes esfuerzos y sensación de cansancio.

Los pacientes con uncinariosis severa adquirida desde la niñez, presentan franco retardo en el desarrollo mental y físico, retraso en el desarrollo sexual y alteraciones de la conducta, que se expresan con neurosis de ansiedad e irritabilidad. Los casos avanzados presentan gran debilidad, pérdida de fuerza para el trabajo, palpitaciones, disnea, cefalea, lipotimias, parestesias, anorexia y algunas veces geofagia.

Durante el ejercicio hay cefalea pulsátil, perceptible en las arterias craneales, síntoma que los campesinos de Colombia han denominado "tuntún". Al examen físico se encuentra intensa palidez y en algunos casos edemas de extremidades inferiores, derrames pleurales, ascitis, hepatomegalia, hemorragias retinianas, fiebre y cambios cutáneos, como piel lisa o descamativa debido a la desnutrición.

Práctica mente todos estos pacientes presentan una o más anormalidades cardiovasculares, principalmente soplos sistólicos, cambios en la presión sanguínea, taquicardia y cardiomegalia. Los cambios electrocardiográficos son: bajo voltaje, prolongación del intervalo QT y alteraciones consecuentes al agrandamiento del ventrículo izquierdo. En algunas ocasiones se puede observar esplenomegalia y alteraciones sicológicas, como desorientación, confusión, pérdida de la memoria, excitabilidad emocional y agresividad. Se han descrito casos de tromboflebitis en pacientes intensamente anémicos por uncinariosis, aunque no está esclarecido que la parasitosis sea la responsable de este fenómeno.

Estudios recientes han demostrado que los niños desparasitados periódicamente mejoran la anemia y aumentan significativamente su capacidad física, peso y crecimiento.

La desparasitación para uncinarias y otros nemátodos intestinales se recomienda cada 6 meses por 3 años. La desparasitación en mujeres de edad reproductiva y en embarazadas es recomendable, por el efecto dañino de la anemia en el feto. El pirantel y el levamisol no son teratogénicos y los benzimidazoles, aunque teratogénicos en algunos animales, pueden usarse después del primer trimestre de embarazo.

Página 112

Parasitosis intestinal por Ancylostoma caninum:
Este helminto, propio de perros, se ha descrito recientemente como parásito intestinal humano, en pacientes de Australia con enteritis eosinofílica, cólicos, diarrea e hipereosinofilia circulante. Algunos pacientes presentaron cuadros de peritonitis y obstrucción intestinal, fueron operados y se encontraron los parásitos adultos fijados a la mucosa del yeyuno. El proceso inflamatorio es debido a la actividad alérgica producida por antígenos secretados por el parásito.

Inmunidad:
Los helmintos intestinales cuyas lanas migran por el organismo, tienen un mayor contacto con el sistema inmunitario, logrando producir reacciones intensas tanto de inmunidad humoral como celular.

Se han demostrado varios tipos de anticuerpos en infecciones por N. americanus y Ancylostoma, pero ninguno se ha asociado directamente con inmunidad protectora. Se puede detectar IgG específica en el suero de personas infectadas por esos parásitos. La respuesta inmunológica de los helmintos se ha caracterizado por un aumento de anticuerpos tipo IgE; sin embargo, en infecciones por N. americanus permanecen bajos y sólo se elevan después de infecciones a repetición.

La eosinofilia es generalmente alta pero no guarda relación con los anticuerpos IgE. Experimentalmente se ha tenido éxito con inmunizaciones en perros contra Ancylostoma caninum. Estos animales han mostrado protección a reinfecciones naturales, después de haber recibido larvas irradiadas del parásito.

Diagnóstico:
La sintomatología digestiva y pulmonar en la uncinariosis es clínicamente similar a la de otras helmintosis del intestino delgado. Las manifestaciones clínicas de la anemia por uncinariosis, no difieren de otras formas de anemia crónica por pérdida de sangre con diferente etiología. El médico se orienta clínicamente en el diagnóstico de esta parasitosis cuando el paciente anémico procede de zona endémica, ha tenido contacto con tierra y refiere el antecedente de lesiones cutáneas pruriginosas de los pies.

Como en la mayoría de las helmintosis intestinales, la presencia de huevos en las materias fecales es el método más simple de diagnóstico. En esta enfermedad es importante conocer el número aproximado de parásitos que existen en el intestino, basado en el número de huevos que aparezcan en las materias fecales.

Los métodos de recuento de huevos hacen posible esta valoración, la cual ha permitido comprobar que la sintomatología está directamente relacionada con el número de parásitos. En el caso de N. americanus se ha calculado que se obtiene el número aproximado de gusanos adultos dividiendo por 20 el número de huevos por gramo de materias fecales, de modo que la presencia de 2.000 h.p.g. equivale a 100 parásitos adultos en el intestino. La correlación entre la severidad clínica y la intensidad del parasitismo por uncinariosis, presenta variaciones de acuerdo a diferentes autores y al estado de nutrición y anemia de los pacientes.

Para las condiciones precarias predominantes en los campesinos de países tropicales, se puede considerar desde el punto de vista clínico, que la uncinariosis es leve cuando el recuento de huevos en materias fecales está por debajo de 2.000 h.p.g.; son infecciones de intensidad media o moderada, aquellas con recuentos entre 2.000 y 5.000 h.p.g. e intensas las que presentan recuentos por encima de 5.000 h.p.g. Es importante recalcar que esta clasificación es muy aproximada y que frecuentemente se presentan notables variaciones individuales, según las circunstancias de cada paciente. Por esta razón seobservan individuos con recuentos inferiores a 2.000 h.p.g. que presentan apreciable sintomatología y baja hemoglobina; esto se debe a causas asociadas o a parasitismo anterior. En contraste se observan individuos con buen estado general y buen aporte de hierro, que presentan poca o ninguna sintomatología, a pesar de tener altos recuentos de huevos.

Ocasionalmente, en muestras fecales que han permanecido en contacto con la tierra por más de 48 horas, pueden observarse larvas rhabditiformes de uncinaria, las que deben diferenciarse de las de Strongyloides. Las dos características principales son presencia de cápsula bucal grande y ausencia de primordio genital en las de uncinaria. Las lanas filariformes de uncinaria presentan el extremo posterior delgado, en cambio las de Strongyloides terminan en muesca (Figura 62a).

El cultivo de materias fecales, usando el método del papel de filtro o la mezcla con tierra arenosa (ver capítulo de Técnicas de laboratorio), tiene interés cuando se desea diferenciar N. americanus de A. duodenale. Con estos métodos se pueden obtener lanas filariformes que microscópicamente se diferencian por:
a) las lancetas de la extremidad anterior con igual grosor en N. americanus, mientras que una es más gruesa que la otra en A. duodenale;
b) la unión del esófago con el intestino está interrumpida por un estrechamiento en Necator, mientras que es casi continua en Ancylostoma.
Las larvas rhabditiformes de las 2 especies son muy similares.

Epidemiología y control:
La uncinariosis es una parasitosís esencialmente rural y asociada a deficientes condiciones socioeconómicas. Prevalece en los países tropicales, en los cuales causa grandes pérdidas en salud y dinero, pues ataca a los trabajadores dedicados a la agricultura, como café, cacao, banano, etc., que son la base de la economía en muchos de estos países.

Los datos de frecuencia en Colombia están íntimamente ligados a los factores mencionados antes. La prevalencia general fue de 21 a 23% en las dos encuestas nacionales de morbilidad de 1966 y 1980. La primera encontró que los habitantes de zonas rurales eran 6 veces más parasitados que los de las ciudades.

En lugares con población de buen nivel socioeconómico la prevalencia fue de 10% o menor. En todos los grupos las infecciones leves, con menos de 2.600 h.p.g., fueron el 90%. Otros países de América Latina tienen prevalencias similares y se han publicado frecuencias más altas en El Salvador (50%), Venezuela (40%) y Ecuador (33%). La uncinariosis y otras enfermedades parasitarias son muy importantes en la mayoría de los países tropicales, con características epidemiológicas similares.

La alta frecuencia se remonta a muchos años atrás y persiste debido a que las deficientes condiciones de vida de los grupos afectados no han cambiado sustancialmente, a pesar del desarrollo cultural y científico de otros sectores de la población. La desnutrición y otras enfermedades comunicables, se asocian frecuentemente a las ya mencionadas. Unicamente mejorando el nivel de vida en todos los aspectos posibles, tales como educación, higiene personal, saneamiento ambiental, etc., estos problemas de salud disminuirán progresivamente.

Los factores que inciden en la prevalencia de uncinariosis se pueden englobar en 2 grupos:
Factores personales:
El trabajo agrícola es el factor más decisivo, pues implica la necesidad de tener contacto directo con la tierra.
El estado económico-cultural deficiente, favorece que la tierra se contamine con materias fecales, pues no existen posibilidades de defecar en lugares adecuados y el bajo nivel educativo hace que los pacientes no conozcan el peligro que acarrea la contaminación de la tierra.
Las posibilidades de exposición se aumentan por costumbres tales como la falta de calzado, la escasa higiene personal y la ausencia de conocimientos sobre la transmisión de las enfermedades.

La edad influye en cuanto favorezca la contaminación, la cual es mayor en personas de edad propia para el trabajo agrícola, principalmente entre los 10 y 50 años. Los hombres son más afectados que las mujeres por las características del trabajo, pero no por factores que puedan relacionarse con el sexo. La migración de los campesinos a los barrios pobres de las ciudades ha diseminado la infección, en especial cuando habitan en lugares carentes de los mínimos requisitos de saneamiento.

Factores ambientales:
Las características del suelo influyen grandemente. Las tierras cubiertas de hojas y restos vegetales, sombreadas, húmedas y con temperatura entre 15 y 30°C son las más adecuadas. Las deficiencias en la vivienda, y especialmente, la falta de letrinas y de agua corriente, favorecen la contaminación de las zonas aledañas a las casas, bien sea en el campo o en los barrios pobres de los pueblos y ciudades. La prevención de la uncinariosis es difícil y solo se logra cuando las medidas establecidas son permanentes y asociadas al mejoramiento del nivel de vida. Las campañas aisladas que se han establecido, como las auspiciadas por la Fundación Rockefeller y los gobiernos de muchos países, en la primera y segunda décadas de este siglo, no lograron los fines deseados.
El efecto benéfico se observó mientras estaban en actividad, pero al suspenderlas aparecieron las reinfecciones y se regresó al estado original. En la actualidad se recomienda que a las medidas preventivas tradicionales, como son el uso de letrinas y de zapatos, el saneamiento ambiental y la educación de la población, se agregue el tratamiento comunitario, utilizando los nuevos antihelmínticos.
Si esta última medida se practica periódicamente, los resultados son mejores, pues permiten mantener bajos índices de prevalencia y la intensidad del parasitismo es menor.

Tratamiento:
Debe hacerse siempre que exista la infección, independiente de la cantidad de parásitos que tenga el paciente, pues dada la larga vida de estos gusanos, puede presentarse algún grado de anemia. Mencionaremos a continuación los antihelmínticos que deben usarse.

Pamoato de pirantel:
Las características de este antihelmíntico fueron descritas en el capítulo de Ascariosis. El tratamiento debe hacerse durante tres días consecutivos a la dosis de 10 mg/kg/día. Con este esquema terapéutico se obtiene curación de aproximadamente 80% o reducción de huevos alrededor de 95%. Este antihelmíntico no es teratogénico y su tolerancia es muy buena.

Benzimidazoles:
Ya descritos en Ascariosis y Tricocefalosis. Como en esta última helmintosis, la dosis recomendada en uncinariosis es:
mebendazol 100 mg/día por 3 días, albendazol 400 mg/día por 3 días y flubendazol 300 mg/día por 2 días.
En campañas de control se usa la dosis única de albendazol de 400 mg y de mebendazol de 500 mg. El primero es más efectivo que el segundo en uncinariosis.

La curación es de 56% y la reducción de huevos de 98% para albendazol, mientras que mebendazol produce 22% y 82% de curación y reducción de huevos respectivamente.

Tratamiento pre-quirúrgico:
La eliminación de las uncinarias antes de toda cirugía mayor, tiene gran importancia para corregir ese factor productor de anemia.
Este tratamiento es indispensable antes de efectuar una gastrectomía, pues las uncinarias que permanezcan en el asa intestinal ciega no podrán ser tratadas con los antihelmínticos administrados por vía oral.

Tratamiento de la anemia:
Siempre que haya anemia debe administrarse sales de hierro por vía oral, de las cuales el sulfato ferroso es el más útil y económico. Aunque existen muchos preparados con cubierta entérica, la forma anhidra sin cubierta es muy efectiva y generalmente bien tolerada. Con dosis de 200 a 300 mg diarios de este medicamento, se obtiene en promedio una recuperación de 1 g de hemoglobina por semana, siempre que la causa de la hemorragia se haya eliminado.

Para restablecer las reservas de hierro y debido a que no todos los pacientes uncinriásicos se desparasitan en un 100%, la duración del tratamiento antianémico debe prolongarse por un tiempo largo. Frecuentemente es necesario hacerlo durante 6 meses o más en los casos muy avanzados de anemia, cuando la hemoglobina inicial estaba alrededor de 5 g% o menos.

Se ha comprobado que la sola administración de hierro mejora los niveles de hemoglobina de pacientes con uncinariosis, aun cuando los parásitos no hayan sido eliminados.
En el tratamiento individual de pacientes, el procedimiento correcto es eliminar los parásitos con antihelmínticos y paralelamente administrar hierro y dieta rica en proteínas, por el período que sea necesario.

El uso de hierro por vía parenteral en pacientes con uncinariosis, raramente se justifica. Tiene indicación en casos de intolerancia por vía oral. Las transfusiones son raramente necesarias, se justifican si el grado de anemia ha llegado a límites tan graves que implique peligro de muerte, en cuyo caso se recomienda transfundir eritrocitos empacados.

El tratamiento de la anemia nutricional por deficiencia de ácido fólico, se requiere cuando no hay buena respuesta al hierro, en pacientes desnutridos. En este caso una buena dieta, rica en proteínas y vitaminas es necesaria. Los alimentos ricos en hierro son los de origen animal: carnes, huevos y pescado.

Pregunta trampa de Quita parásitos para ver quién leyó hasta aquí
En lugares con población de buen nivel socioeconómico la prevalencia de las infecciones leves fue de?

  • Anemia por tenias.
  • Difilobotriosis. En países escandinavos.

Patología:
Este parásito generalmente no produce lesión en la mucosa intestinal. Las lesiones leves de tipo mecánico que describimos para T. solium y T. saginata pueden suceder enestaparasitosis. Otro mecanismo de patogenicidad es de tipo expoliativo, al utilizar parte de la vitamina B12 del huésped, lo cual puede causar anemia megaloblástica; también disminuye la concentración de riboflavina en los pacientes.

Manifestaciones clínicas:
La sintomatología de esta parasitosis es leve o ninguna, similar a la descrita para T. solium y T. saginata. La presencia de anemia de tipo pernicioso, en algunos pacientes, se ha descrito en difilobotriosis.

Diagnóstico:
En la mayoría de los casos se hace por la identificación de los huevos al examen coprológico, pues éstos son liberados en el intestino. Rara vez se hace por hallazgo de proglótides.

Epidemiología y prevención:
Diphylíobothrium latum predomina en la parte norte del hemisferio y con menos frecuencia en el extremo sur, siempre asociado a áreas geográficas con abundantes lagos. En Finlandia y países escandinavos se presenta en forma endémica.

Anemia en malaria
Manifestaciones clínicas:
Las manifestaciones clínicas de la malaria dependen de la especie del parásito, del número de parásitos y del estado inmunitario del huésped. El cuadro clínico característico se resume básicamente en escalofrío, fiebre y sudoración, asociados a anemia, leucopenia y posteriormente a csplenomegalia. En muchos casos se presentan cuadros atípicos. La enfermedad tiende hacia la cronicidad, estado que se caracteriza por períodos de latencia, con etapas de recaídas o recrudescencia. Se entiende por recaída a la sintomatología debida a la reaparición de merozoítos procedentes de hipnozoítos hepáticos, principalmente en P. vivax, desencadenada por traumas, inmunosupresión, etc.

La recrudescencia consiste en la presencia de síntomas causados por el aumento de la parasitemia circulante, después de un período de 2 a 3 semanas, en que ésta era tan baja, que no permitía el diagnóstico microscópico. La recrudescencia se puede presentar con cualquiera de las especies de Plasmodium pero principalmente con P. falciparum y con frecuencia se debe a tratamientos incompletos o a resistencia a drogas.

Página 54

la mayor concentración de ferritina en este órgano [hígado], por la elevada utilización de hierro por E. [entamoeba]. hisiolytica.

Conclusión, en todo caso de anemia pensamos en infecciones y seguimos el plan completo de desparasitación de este grupo que ya cubre todos los bichos.

Comentar en FacebookDonar
Compartir