Los eosinófilos son un tipo de glóbulos blancos. Los glóbulos blancos también llamados leucocitos, son la defensa de nuestro cuerpo. Por microlitro de sangre el ser humano adulto tiene unos:
Los eosinófilos en el período neonatal y fetal pueden ser producidos en hígado, bazo, timo y nódulos linfáticos, pero en el adulto son elaborados exclusivamente por la médula ósea; son esféricos y miden 10-15 µ de diámetro, con un núcleo con dos lóbulos unidos por un puente de cromatina.
Constituyen el 2 a 5% de los glóbulos blancos que serían entre 140 y 350 por microlitro.
Se habla de eosinofilia cuando existe una cantidad igual o mayor a 400 eosinófilos por microlitro de sangre circulante.
"Un motivo frecuente de consulta es el aumento de los eosinófilos circulantes, que puedan sobrepasar el 50%. Esta hipereosinofilia debe hacer sospechar el origen parasitario de la patología."
Botero y Restrepo
En el siguiente documento se propone para cuando hay eosinofilia, hacer tratamiento desparasitante aún sin tener identificado el parásito, dada la seguridad y facilidad del uso de éstos fármacos.
Los 5 fármacos que menciona forman parte del plan completo de desparasitación de este grupo.
AN. MED. INTERNA (Madrid) Vol. 21, N.º 5, pp. 244-252, 2004
"El manejo de la eosinofilia producida por helmintos requiere algunas consideraciones especiales. Así, en la práctica todas las enfermedades tratables por helmintos responden a uno o varios de estos fármacos: albendazol(dazol), iver(mectina), prazi(quantel), meben(dazol) y tricla(bendazol) (67-69).
.... El prazi(quantel) es el fármaco de elección en las cestodosis por adultos (teniosis, difilobotriosis e infección por Hymenolepis sp) así como en las trematodosis (esquistosomosis, paragonimosis, etc). En las cestodosis por formas larvarias (hidatidosis, cisticercosis) el tratamiento farmacológico tiene un papel colateral._ En los casos en los que está indicado, el albendazol(dazol) es el que presenta una actividad mayor en las equinococosis (70,71), mientras que el prazi(quantel) es más eficaz en la cisticercosis (72,73).
Las geohelmintosis (infecciones por Trichuris, Ascaris y uncinarias) y otras nematodosis intestinales (Enterobius vermicularis) responden adecuadamente a mebendazol o albendazol(dazol), siendo en general más eficaz el albendazol(dazol) que el meben(dazol) (con excepción de la infección por Trichuris en la que sucede lo contrario)(70,74).
El albendazol(dazol) también es útil en el tratamiento de la toxocariosis (75), la triquinelosis (76) y la infección por Ancylostoma caninum o braziliensis (larva cutánea migrans) (77).
La ivermectina constituye el fármaco de elección de la mayor parte de las filariosis (linfáticas, oncocercosis, loaosis e infecciones por Mansonella streptocerca y Mansonella ozzardi) con excepción de Mansonella perstans (que se trata con meben(dazol) de forma prolongada) (78-80). La iver(mectina) también constituye el fármaco de elección en la infección por Strongyloides stercoralis (81) y es útil en el tratamiento de la larva cutánea migrans (77).
Finalmente el tricla(bendazol) es el fármaco actual de elección en el tratamiento de la fasciolosis (82). La baja toxicidad de estos fármacos, su comodidad de administración y el efecto sinérgico de algunas combinaciones (p. ej. iver(mectina) y albendazol(dazol) en las filariosis linfáticas) (78) han sugerido su empleo empírico en situaciones en las que, aunque no se haya demostrado una helmintosis, se plantee esta posibilidad (83) o antes de efectuar el diagnóstico de síndrome hipereosinofílico (38)."
El aumento de eosinófilos es un hallazgo característico de las helmintosis que invaden tejidos.
Se ha asociado la eosinofilia con una reacción de tipo alérgico, desencadenada por la presencia de parásitos o sus antígenos. En aquellos tejidos en donde mueren larvas de parásitos y éstas se desintegran, existe formación de granulomas eosinofílicos.
Inmunopatología.
La presencia de parásitos en un huésped induce una respuesta inmune con fines defensivos, lo cual no siempre se logra.
Varias infecciones parasitarias se acompañan de hipersensibilidad de tipo inmediato o retardado. Así por ejemplo, en cobayos parasitados o sensibilizados con ciertos helmintos, se logra producir un choque anafiláctico mediante inyecciones intravenosas de antígenos homólogos. En el huésped humano este choque se presenta por la ruptura de un quiste hidatídico. La invasión por larvas de helmintos produce un síndrome caracterizado por infiltración pulmonar, tos seca e intensa eosinofilia sanguínea, entidad clínico-patológica que se conoce con el nombre de eosinofilia tropical o pulmón eosinofilico. También se observa un proceso inflamatorio transitorio por el paso de larvas a través de los pulmones, conocido como síndrome de Loeffler. En el síndrome de migración larvaria visceral se encuentran lesiones granulomatosas crónicas y eosinofilia periférica. La presencia de huevos de Schistosoma mansoni en hígado y pulmones o de huevos de otros helmintos, desencadena una gran respuesta mediada por células y se forman granulomas o pseudotubérculos con un intenso infiltrado eosinofílico.
Manifestaciones clínicas
Algunos pacientes presentan fiebre y en los que la enfermedad se hace crónica puede observarse esteatorrea, que ocasionalmente puede causar la muerte. La presencia de la sintomatología descrita, asociada a elevada eosinofilia, a veces mayor del 50%, debe hacer pensar en isosporosis.
Al desintegrarse los quistes se puede producir miositis con dolor, malestar general y a veces fiebre y eosinofilia.
En esta etapa se presenta eosinofilia y con alguna frecuencia manifestaciones alérgicas, principalmente de tipo asmatiforme.
El número total de leucocitos y plaquetas no está alterado, pero el porcentaje de eosinófilos generalmente sobrepasa las cifras normales.
Pulmonares. Esta sintomatología es inespecífica y es imposible diferenciarla clínicamente de la causada por otros agentes etiológicos. Los síntomas son tos, expectoración, febrículas transitorias y focos de condensación bronconeumónica. Estas manifestaciones clínicas están acompañadas de intensa eosinofilia. Las características mencionadas constituyen el síndrome de Loeffler, común a todas las helmintosis que hacen el ciclo pulmonar.
Este helminto, propio de perros, se ha descrito recientemente como parásito intestinal humano, en pacientes de Australia con enteritis eosinofílica, cólicos, diarrea e hipereosinofilia circulante.
La etapa pulmonar se encuentra asociada a elevación de los eosinófilos circulantes. En la rara circunstancia de que los parásitos lleguen al estado adulto en el pulmón, las hembras invaden el epitelio bronquial y dan lugar a una inflamación local con las características de bronquitis o bronconeumonía.
En la etapa de invasión intestinal y en las formas crónicas hay leucocitosis y eosinofilia circulante elevada, hasta de 60%.
Paralelo a estas manifestaciones se asocia eosinofilia elevada, ocasionalmente urticaria y hemorragias subungueales.
Es la infección producida por dos especies del género Angiostrongylus: A. costaricensis y A. cantonensis, que producen enfermedades diferentes, la angiostrongilosis intestinal y la meningoencefalitis eosinofílica.
El diagnóstico diferencial debe hacerse con apendicitis, tumores, tuberculosis, etc. El leucograma muestra una leucocitosis que puede llegar a 20 ó 30.000 por ml, con eosinofilia elevada, de 10 a 70%.
La patología y síntomas consisten en ulceración cutánea, más frecuente en extremidades inferiores, a lo cual se puede agregar reacción alérgica, con síntomas generales y aumento de eosinófilos circulantes.
La sintomatología consiste en fiebre, hepatomegalia y elevada eosinofilia.
En la migración de las larvas por la circulación y tejidos, desencadenan reacción alérgica con eosinofilia circulante.
Puede pasar clínicamente desapercibida, pues apenas se está iniciando la fibrosis y la obstrucción y siempre se acompaña de elevada eosinofilia circulante.
Es un cuadro clínico caracterizado por eosinofilia elevada y síntomas pulmonares con opacidades radiológicas transitorias, a veces acompañado de adenopatías y fiebre. Es causado por larvas de nemátodos propios del hombre que hacen ciclo pulmonar, como Ascaris, uncinarias, Strongyloides y filarías. A la enfermedad producida por filarias se ha llamado eosinofilia tropical o filariosis oculta hipereosinofílica, pues se presenta en zonas endémicas de esta parasitosis, principalmente en Asia. Tiene pruebas inmunológicas positivas para filarías y cede a los tratamientos para esta parasitosis. Aunque el síndrome es preferentemente de zonas tropicales, en algunas regiones en donde la infección por Ascaris y otros nemátodos es continua, se presenta con poca frecuencia, posiblemente por desensibilización a las lanas. En contraste, el síndrome se observa en regiones donde existen estaciones, con infección periódica por Ascaris, lo cual da oportunidad a que se forme hipersensibilidad. La sintomatología pulmonar está caracterizada por tos y expectoración, a lo cual se asocia la presencia de fiebre moderada, similar a la producida por infecciones respiratorias de origen bacteriano o viral. El cuadro clínico es de corta duración y desaparece espontáneamente. El diagnóstico etiológico es difícil de realizar, pues es raro encontrar las larvas en el esputo y las pruebas serológicas son inseguras y se utilizan poco. La presencia de cristales de Charcot-Leyden y de eosinófilos en el examen microscópico del esputo, la observación de opacidades pulmonares fugaces en radiografías seriadas (Figura 201) y la presencia de elevada eosinofilia circulante, son signos que hacen pensar en este diagnóstico.
Se ha llamado también síndrome de larva migrans visceral y granulomatosis parasitaria. En general el síndrome está caracterizado por elevada eosinofilia, hepatomegalia con granulomas de cuerpo extraño e infiltrados pulmonares.
Un motivo frecuente de consulta es el aumento de los eosinófilos circulantes, que puedan sobrepasar el 50%. Esta hipereosinofilia debe hacer sospechar el origen parasitario de la patología. Es muy frecuente encontrar parasitismo intestinal múltiple en estos pacientes, como también infecciones bacterianas agregadas.
En los exámenes corrientes de laboratorio puede observarse únicamente la eosinofilia, que es común a otras parasitosis.
La presencia de eosinofilia elevada es un índice de la existencia de esta parasitosis, cuando se presume clínicamente.
Conclusión: sea cual sea el país en el que estés, la eosinofilia es indicativo de parasitosis y el mejor tratamiento es empezar a desparasitar con el plan completo de desparasitación de este grupo.