Neurológicos por Parásitos

Ramiro Núñez López el 7 de agosto de 2020

Vemos que cada parasitosis que afecta al sistema nervioso central puede ocasionar una gran cantidad de síntomas y cada síntoma puede ser signo de más de una parasitosis, no son específicos

(La palabra cerebral aparece 84 veces en el libro Parasitosis Humanas que tenemos en archivos.)

Al leer lo síntomas tal vez digamos que eso es muy raro pero se puede tener la parasitosis y sólo notar alguno de los síntomas.
Lo que siempre sucede es que tras cualquiera síntoma hay alguna parasitosis que puede ser la causa.

Aquí dejo algunas como ejemplo.

Uncinarias

Pág 111

En algunas ocasiones se puede observar esplenomegalia y alteraciones sicológicas, como desorientación, confusión, pérdida de la memoría, excitabilidad emocional y agresividad.

Oxiuros

Pág 129

Alteraciones del comportamiento. Las alteraciones de la conducta que se pueden presentar son secundarias a las molestias mecánicas que producen los parásitos, bien sea en región anal o en el aparato genital de las niñas, pero no a la acción de toxinas del parásito sobre el sistema nervioso, como se creía antiguamente. El prurito hace que los niños pierdan atención en la escuela, que se despierten durante la noche, que sientan preocupación ante otras personas que los observan rascándose las regiones anal y genital. Se puede desarrollar una tendencia a la masturbación, debido a estímulo sexual originado por la picazón. Otros síntomas que el público atribuye a éstos u otros parásitos, como rasquiña nasal, chasquido de dientes, enuresis nocturna, etc., no tienen relación directa con el parasitismo, aunque sí pueden relacionarse con las alteraciones sicológicas.

Malaria en el cerebro

Pág 175

Se puede presentar cefalea intensa, cambios en la conducta y más tarde manifestaciones neurológicas diversas, como: obnubilación mental (la persona responde correctamente a las órdenes complejas, pero con lentitud, fatiga o bastante dificultad de concentración), espasticidad (músculos tensos y rígidos), hiperreflexia (reacción anormal y exagerada del sistema nervioso autónomo, a la estimulación), Babinsky positivo (El reflejo de Babinski se presenta después de que se ha frotado firmemente la planta del pie, entonces el dedo gordo del pie se mueve hacia arriba y los otros dedos se abren en abanico), disartria (alteración en la articulación de las palabras), ataxia (dificultad de coordinación de los movimientos), clonus (aparición involuntaria de contracciones musculares repetitivas y rítmicas), alteraciones de la sensibilidad superficial, incontinencia de esfínteres, convulsiones tónico clónicas (crisis generalizadas que afectan todo el cerebro), parálisis facial y trismus (reducción de apertura de los maxilares o quijadas). En los casos más graves puede ocurrir: opistótonos (el cuerpo se arquea con pies y cabeza hacia atrás). Se encuentran hemorragias retinianas en aproximadamente 15% de los pacientes, otros síntomas oculares también pueden aparecer aunque con menos frecuencia. Las secuelas neurológicas de la malaria cerebral pueden ocurrir especialmente cuando se habían complicado con hipoglicemia (nivel bajo de azúcar en sangre). En los adultos los niveles de la falta de conciencia son de distinta profundidad, variando entre obnubilación o somnolencia hasta el coma profundo. En las infecciones por P. falciparum, las manifestaciones clínicas son bastante irregulares. Son más susceptibles a las complicaciones severas, como la forma cerebral con delirio, convulsiones y estado comatoso. La secuela neurológica más frecuente en niños es la hemiplejía (afectan al movimiento y la sensibilidad de parte del rostro, brazo, pierna, o ambos miembros de la mitad del cuerpo. Con frecuencia, quedan disminuidas otras funciones como la visión, la capacidad auditiva, el habla y la capacidad de razonamiento). También se ha registrado ceguera cortical, ataxia, alteraciones del comportamiento, lesiones de nervios craneales, temblor extrapiramidal: (Extrapiramidales: tiene que ver con los reflejos, la locomoción, los movimientos complejos y el control postural), polineuropatía (puede presentar pérdida sensitiva, debilidad muscular o una combinación de ambas) y disfunción cerebelar (ejemplo: la combinación de inestabilidad postural y marcha tambaleante).

Toxoplasma gondii

Pág 256

Microscópicamente se comprueba la necrosis y la infiltración inflamatoria de polimorfonucleares, linfocitos, proliferación glial y depósitos de calcio alrededor de los capilares o de neuronas. El parásito persiste dentro de los quistes; si éstos se rompen aparece una intensa reacción inflamatoria a su alrededor.

Toxoplasmosis en el cerebro

Pág 261

El cuadro clínico de la encefalitis es de tipo focal en la mayoría de los casos. Las anormalidades neurológicas incluyen hemiparesia, hemiplejía, pérdida de sensibilidad, parálisis de nervios craneanos, convulsiones, afasia, ataxia, confusión y letargía. Los síntomas neurológicos pueden estar asociados a fiebre. En algunos casos existen síntomas meníngeos.

Meningoencefalitis amibiana primaria

Pág 283

Los pacientes son generalmente jóvenes con buena salud previa, que de manera súbita presentan cefalea y fiebre, asociadas a rinitis, síntomas respiratorios y en algunos casos alteraciones olfatorias. La sintomatología progresa rápidamente en los días siguientes, con aumento de temperatura y cefalea intensa, a veces vómito y generalmente rigidez de nuca, síntomas mentales y del comportamiento, como somnolencia, letargia, confusión, irritabilidad, sopor, alucinaciones, desorientación, obnubilación y tendencia progresiva al coma. En algunos pacientes se presenta parálisis de los nervios craneales, alteraciones visuales, diplopia, borramiento y opacidad del disco óptico. Pueden ocurrir complicaciones cardíacas consistentes en miocarditis focales, pero no ha sido posible encontrar las amibas en este sitio.

Trichomonas vaginalis

Pág 287

La paciente con tricomonosis sintomática puede presentar síntomas sicológicos, como irritabilidad, insomnio, etc.

Neurocisticercosis: Larva de tenia

Pág 346

La sintomatología es muy variada y está determinada por la localización, el número de parásitos y la respuesta inmunológica. La enfermedad puede ser aguda o crónica y el período de incubación varía de pocos meses a muchos años. No existe sintomatología típica y lo más frecuente es la presencia concomitante de varios síndromes. Estos síndromes en orden de frecuencia son los siguientes: Epilepsia, convulsiones de tipo gran mal, cefalea que aumenta con los esfuerzos como tos, defecación, etc. y no responde a los analgésicos en casos avanzados. Puede asociarse a síntomas de hipertensión intracraneana, como náuseas y vómito, diplopia, papiledema y pérdida progresiva de la agudeza visual, debido a atrofia óptica por compresión del quiasma o del nervio óptico, que puede llevar a la ceguera. Vértigo, cefalea, pérdida del conocimiento.

Síndrome sicótico: Puede ser consecuencia de la hipertensión intracraneana o presentarse independientemente. Las manifestaciones son de tipo esquizofrénico o paranoide y en casos de enfermedad de larga evolución se presenta deterioro mental, con pérdida de la memoria, confusión o neurosis. Más raramente se observan otros síndromes, cerebeloso, hipotalámico, de fosa posterior, etc.

Tripanosoma cruzi

Pág 212

Se han descrito alteraciones de los sistemas nervioso central, nervioso periférico y del autónomo. Los pacientes presentan paresias, síntomas cerebelosos, convulsiones y cambios psiquiátricos. En las alteraciones del sistema nervioso periférico hay trastornos sensoriales y el compromiso del sistema autónomo lleva a daños neuronales en intestino y corazón.

Tripanosoma brucei

Pág 334

Al invadir el sistema nervioso central se produce meningoencefalitis difusa, con edema cerebral y pequeñas hemorragias. Microscópicamente se observa proliferación de neuroglias y células mononucleadas. .... En la fase crónica de la enfermedad se presenta sintomatología neurológica, por la invasión del sistema nervioso central. El cuadro clínico es de meningoencefalitis, que se instala lentamente. La cefalea es intensa, hay apatía, irritabilidad e incoordinación mental y más tarde aparecen problemas síquicos semejantes al terciarismo sifilítico. El paciente tiene ataxia, temblores y presenta espasmos musculares que caracterizan la enfermedad, la cual imposibilita al paciente hasta para comer; esto hace que exista desnutrición severa. Como vemos, detrás de cualquier diagnóstico neurológico puede haber más de una parasitosis que lo causa y todas están cubiertas con el plan completo de desparasitación de este grupo.

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