Pruebas de laboratorio

Ramiro Núñez López el 17 de octubre de 2019

Todos los laboratorios actúan bajo los mismos protocolos, unos venden unos productos y otros venden otros.

Cada análisis es un producto comercial.
Somos nosotros de forma individual que buscamos y compramos esos productos y hacemos tratamientos por nuestra cuenta.
Nuestro médico no los ha pedido.

Para el negocio de la enfermedad es perfecto. Tú mismo te buscarás las soluciones y gastarás dinero y tiempo y correrás con toda la responsabilidad.

¿Y qué rol juegan los resultados del laboratorio?

Te saldrán unos datos más o menos aleatorios y tú te comerás la cabeza buscando resolver eso.

El caso de metales en el pelo es un buen ejemplo.
Vemos unos valores y nos ponemos a intentar modificarlos y estamos así unos años entretenidos sin lograr mucho.
Tal vez las mejoras que observemos se explican más bien por unos cambios de hábitos de alimentación y forma de vida que hemos adoptado con el paso del tiempo y no por la quelación.

O como con la tiroides, vemos unos valores que están fuera de unos rangos que nos han dicho, y nos ponemos a intentar corregirlos. Pero eso no se puede.
Es hacer malabarismo y apuestas partiendo de información que nos da un laboratorio apadrinado por los mismos intereses del negocio de la enfermedad.

Somos hormigas pidiendo al oso hormiguero que nos diga cómo ponernos a salvo.

En una de las ponencias a las que asistí en Granada en la que un médico presentaba su libro con el tema de la intoxicación por plásticos en nuestra alimentación, cuenta una anécdota en la que un responsable del sector complementos alimenticios en un supermercado, le pregunta a su encargado:
¿Porqué un producto con menos ingredientes es más caro que uno que tiene más? ¿no debería ser al revés?
El otro le responde en tono de burla: Eso es para "los entendidos".

Puede ser que nos estén tomando el pelo..

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